
Mientras Bolivia avanza hacia los comicios generales de 2025, el escenario político se caracteriza por una profunda división en la oposición y una fractura interna en el Movimiento al Socialismo (MAS), agravada por la baja aceptación del presidente Luis Arce. Analistas advierten que esta coyuntura podría redefinir el panorama electoral y generar incertidumbre en el proceso democrático.
DIVISIÓN EN LA OPOSICIÓN: AUSENCIA DE UNA ALTERNATIVA UNIFICADA
Los partidos y coaliciones opositoras enfrentan serias dificultades para consolidar una estrategia común. La falta de liderazgos cohesionados y diferencias programáticas han impedido la formación de un frente único capaz de desafiar al oficialismo. Según politólogos, esta fragmentación beneficiaría al MAS, a pesar de sus propias tensiones, al dispersar el voto crítico hacia el gobierno.
MAS EN CRISIS: LA BATALLA ENTRE ARCISTAS Y EVISTAS
El oficialismo no escapa a la turbulencia. El MAS, históricamente dominante, enfrenta una ruptura inminente entre sectores leales al presidente Arce y aquellos alineados con Evo Morales, líder fundador del movimiento. La pugna por el control ideológico y orgánico ha generado desmovilización en su base militante, debilitando su tradicional capacidad de movilización. El MAS ya no es un bloque monolítico. Esta división podría derivar en la conformación de dos vertientes dentro del propio oficialismo.
BAJA ACEPTACIÓN DE LUIS ARCE: ECONOMÍA Y DESCONTENTO SOCIAL
Las últimas encuestas reflejan que la aprobación del presidente Arce ronda el 2%, atribuido al estancamiento económico, falta de dólares, escasez de combustibles, la inflación y demandas sociales insatisfechas. Sin embargo, la oposición no logra capitalizar este descontento debido a su fragmentación. Expertos subrayan que el electorado percibe una falta de propuestas claras tanto del oficialismo como de sus adversarios.
¿HACIA UN ESCENARIO INÉDITO?
La combinación de una oposición dividida, un MAS en crisis y un presidente con baja aceptación plantea un panorama electoral volátil. No se descarta la emergencia de nuevos liderazgos o alianzas de último momento. Estamos ante un posible punto de quiebre en la política boliviana. Las elecciones 2025 podrían ser las más impredecibles en décadas.
Por: Osman A.E.