
El rumor de la candidatura de Rodríguez agudiza la pugna entre Arce y Morales por el control del MAS. Según analistas, su figura podría ser una «solución de compromiso» para evitar una fractura definitiva, pero también revela tensiones. «Andrónico no es un títere de nadie. Su ambición podría desequilibrar el las ambiciones políticas de Evo y Arce», explicó la politóloga Valeria Salinas.
En las redes sociales, los simpatizantes de Arce critican la posibilidad de que Rodríguez «robe protagonismo» al presidente, mientras sectores evistas exigen que Morales siga como «único líder». Rodríguez, por ahora, evita pronunciamientos directos, pero su activa agenda pública en regiones clave se interpreta como campaña anticipada.
¿El fin de la era Evo-Arce?
Con elecciones previstas para 2025, la posible irrupción de Andrónico Rodríguez reconfigura el tablero boliviano. Su juventud, habilidad dialéctica y base social lo presentan como un imán para el voto joven, pero también como un riesgo para las élites tradicionales. Mientras la oposición busca desesperadamente un frente unido, el MAS enfrenta su batalla más compleja: decidir si apuesta por la continuidad o por un nuevo rostro que, paradójicamente, podría dividir su propia casa.
Lo que sigue: Todos los ojos están puestos en el Congreso del MAS, donde en los próximos meses se definiría la candidatura. Mientras, Bolivia respira bajo la incertidumbre de un cambio generacional que, para bien o para mal, promete alterar el rumbo de su historia.
Por: O.J.A.E