La Paz, 4 de mayo de 2025 – En un movimiento que redefine el panorama político de Bolivia, el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, anunció oficialmente su candidatura a la presidencia para las elecciones generales del 17 de agosto, marcando un quiebre definitivo con el exmandatario Evo Morales y dejando sin margen de maniobra al actual presidente Luis Arce dentro de la izquierda boliviana.
Rodríguez, quien hasta hace poco fue considerado un aliado incondicional de Morales, ha decidido trazar su propio camino, consolidándose como una figura emergente que capitaliza el descontento con las viejas estructuras del Movimiento al Socialismo (MAS).
Su postulación, respaldada por amplios sectores sociales y juveniles, se presenta como una renovación frente al desgaste político de Morales, cuya insistencia en candidatear, pese a estar inhabilitado por la Constitución, ha fragmentado al oficialismo y debilitado su influencia.
La candidatura de Rodríguez también eclipsa las aspiraciones de Luis Arce, cuya gestión ha sido duramente criticada por la crisis económica, la escasez de combustibles y una percepción de distanciamiento con las bases populares. Fuentes cercanas al MAS indican que Arce no ha logrado articular una estrategia sólida para su reelección, y su silencio ante la postulación de Rodríguez sugiere una falta de liderazgo en un momento crítico para la izquierda.
“Andrónico representa la esperanza de una izquierda renovada, que mira al futuro sin las ataduras del pasado ni los errores del presente”, afirmó un dirigente cocalero en Cochabamba, reflejando el creciente respaldo a Rodríguez.
Las recientes encuestas lo posicionan como líder en la intención de voto, un golpe directo a Morales, cuya narrativa de victimización no ha logrado revertir su declive político, y a Arce, quien parece incapaz de recuperar la confianza de las bases.
Este anuncio, realizado en un multitudinario acto en Oruro, no solo fractura aún más al MAS, sino que plantea un nuevo rumbo para la izquierda boliviana, donde Rodríguez emerge como el único candidato viable para aglutinar a un electorado desencantado con las disputas internas y la crisis económica. Mientras Morales y Arce luchan por mantenerse relevantes, el joven senador se perfila como la fuerza que podría reconfigurar el futuro político de Bolivia.Contacto de prensa:
