
La Paz, Bolivia – La posible candidatura de Andrónico Rodríguez, presidente del Senado y figura emergente del Movimiento al Socialismo (MAS), a la presidencia de Bolivia ha desatado un terremoto político en el país. Fuentes internas del oficialismo confirmaron que el nombre del exdirigente cocalero y cercano a Evo Morales cobra fuerza como opción de unidad del partido, generando inquietud no solo en la oposición, sino también en sectores afines al presidente Luis Arce y en el propio círculo evista.
Rodríguez, de 34 años, se ha consolidado como un operador clave del MAS en el Legislativo y un símbolo de la renovación generacional dentro del partido. Su perfil combina lealtad a Morales con un discurso pragmático, lo que lo posiciona como una amenaza transversal. Sin embargo, su eventual postulación abre grietas inesperadas: los arceistas temen que su ascenso margine al actual mandatario de la carrera electoral, mientras que los evistas más ortodoxos desconfían de su autonomía frente al liderazgo de Morales.
La oposición en pie de guerra
La derecha y los partidos críticos al MAS ya califican a Rodríguez como «un rival peligroso». «Es un político hábil, con arraigo en el campo y las ciudades. Si el MAS lo elige, tendremos que reestructurar toda nuestra estrategia», admitió un senador opositor bajo anonimato. Sectores civiles opositores incluso acusan al oficialismo de «reforzar el populismo» ante un escenario de crisis económica.
División en el oficialismo: Arce vs. Evo vs. Andrónico
El rumor de la candidatura de Rodríguez agudiza la pugna entre Arce y Morales por el control del MAS. Según analistas, su figura podría ser una «solución de compromiso» para evitar una fractura definitiva, pero también revela tensiones. «Andrónico no es un títere de nadie. Su ambición podría desequilibrar el frágil pacto entre Evo y Arce», explicó la politóloga Valeria Salinas.
En las redes sociales, los simpatizantes de Arce critican la posibilidad de que Rodríguez «robe protagonismo» al presidente, mientras sectores evistas exigen que Morales siga como «único líder». Rodríguez, por ahora, evita pronunciamientos directos, pero su activa agenda pública en regiones clave se interpreta como campaña anticipada.
¿El fin de la era Evo-Arce?
Con elecciones previstas para 2025, la posible irrupción de Andrónico Rodríguez reconfigura el tablero boliviano. Su juventud, habilidad dialéctica y base social lo presentan como un imán para el voto joven, pero también como un riesgo para las élites tradicionales. Mientras la oposición busca desesperadamente un frente unido, el MAS enfrenta su batalla más compleja: decidir si apuesta por la continuidad o por un nuevo rostro que, paradójicamente, podría dividir su propia casa.
Lo que sigue: Todos los ojos están puestos en el Congreso del MAS, donde en los próximos meses se definiría la candidatura. Mientras, Bolivia respira bajo la incertidumbre de un cambio generacional que, para bien o para mal, promete alterar el rumbo de su historia.