Medio de comunicación del Perú La República publicó una nota periodística informando que el Banco Central de Bolivia (BCB) vendió 14.5 toneladas de oro como medida excepcional para fortalecer las reservas internacionales en dólares y asegurar la compra de combustibles en el mercado internacional. La decisión, habría sido respaldada por el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, porque se busca mitigar la crítica falta de divisas que afecta la capacidad del país para importar hidrocarburos y mantener los subsidios estatales a los precios de los combustibles.
Según este medio internacional, el ministro Montenegro el 2024, explicó que la venta del metal precioso, realizado a través de mercados internacionales, permitió al Estado boliviano obtener liquidez en dólares en un contexto de restricciones económicas globales y locales. «Esta acción responde a la necesidad urgente de estabilizar el flujo de divisas y garantizar el abastecimiento de combustibles para la población, evitando un impacto abrupto en los precios internos», señaló la autoridad.
Contexto económico y medidas adicionales
La escasez de dólares en Bolivia ha generado presiones en sectores estratégicos, particularmente en la importación de diésel, gasolina y otros derivados, cuyos precios son subsidiados por el Estado. El 2024 Montenegro destacó que, si bien el uso de reservas de oro no es una medida habitual, resulta indispensable para «proteger la economía familiar y productiva en un escenario complejo». Los recursos obtenidos se destinarán íntegramente a la compra de combustibles y al mantenimiento de los subsidios vigentes.
El Gobierno reconoció que la medida forma parte de un paquete de acciones para enfrentar la crisis de divisas, que incluye negociaciones con organismos internacionales y la promoción de sectores exportadores. Sin embargo, enfatizó que la venta de oro se realizó bajo estrictos protocolos de transparencia y en cumplimiento de normas financieras internacionales.
Criticas y proyecciones
Analistas económicos han señalado que la disposición refleja los desafíos estructurales de la economía boliviana, altamente dependiente de la importación de combustibles pese a ser un país productor de gas natural. Montenegro aseguró que se trabaja en estrategias de mediano plazo para diversificar las fuentes de ingresos en divisas y reducir la vulnerabilidad externa.
«Estamos priorizando la seguridad energética y la protección social. Esta decisión, aunque difícil, evita un desabastecimiento que hubiera afectado a todos los bolivianos», afirmó el ministro.
El Gobierno reiteró su compromiso de informar con transparencia sobre el manejo de las reservas internacionales e invitó a la población a mantenerse informada a través de los canales oficiales.